Carro autoservicio infantil Tangolino
El pequeño Tango
El oso se ríe, y los hijos de los clientes están en su salsa. Consideran el Tangolino como un juguete y, si pueden evitarlo, no lo dejan hasta llegar a la caja. Así de fácil es impulsar su volumen de ventas con niños a los que les brillan los ojos.
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